4 Julio – Brasil: La compañía siempre ha tratado de aplicar graves
sanciones legales contra los agricultores por sospecha de “piratear” su
semilla. Pero ahora los agricultores han recurrido a justicia contra
Monsanto, demandando a la empresa y ganaron.
La mayoría de esta soja se exporta a Europa, donde se utiliza la soja
para alimentar al ganado y para los biocombustibles, y otro tanto a
China, cuya floreciente industria de la carne tiene una enorme demanda y
creciente para la alimentación del ganado. Soja cuenta con el 26 por
ciento de las exportaciones agrícolas de Brasil.
La producción de soja en Brasil comenzó en 1998 ilegalmente con
semillas contrabandeadas desde Argentina. En 2005 el presidente
brasileño, Luiz Inácio “Lula” Da Silva, dándose cuenta de que muchos
agricultores habían cambiado, legalizó la soja Roundup Ready a pesar de
los recelos de los activistas ambientales. El año pasado el país plantó
30,3 millones de hectáreas de cultivos transgénicos, la mayoría de los
cuales eran de soja.
Ese mismo año, Monsanto comenzó a cobrar los productores brasileños
de un impuesto del dos por ciento de su producción de soja GM
(geneticamente modificada). Los agricultores que compran semillas de
Monsanto también están obligados a firmar un contrato donde se se
comprometen a no guardar semillas para futuras cosechas, una costumbre
milenaria de los agricultores.
En 2009 un grupo de sindicatos rurales de Rio Grande do Sul, el
estado más sureño de Brasil, levó a Monsanto a los tribunales, alegando
que la separación de soja GM y no GM era prácticamente imposible y que
por lo tanto, el “impuesto de Monsanto” era injusto.
En abril de 2012, Rio Grande do Sul, el juez dictaminó que los
derechos de Monsanto son ilegales y señaló que la patente de semillas
Roundup Ready ya había expirado en el país. A la empresa no solo se
ordenó dejar de cobrar las regalías, sino que también devuelva todas
las tasas recogidas desde el año 2004. Esta recoge las regalías de U$S 2
mil millones.
Monsanto apeló la decisión, pero recibió otro golpe el 12 de junio
cuando la Corte Suprema de Brasil decidió por unanimidad que todo lo
actuado en Rio Grande do Sul, dejando sentado que lo actuado en esta
materia debe aplicarse a todo el Brasil. Esto hizo que el número de los
demandante subiese a cinco millones de euros y el canon total de la
deuda aumente a U$S 7,5 mil millones.
Monsanto alegó también que cuando los agricultores guardan semilla
para replantar en las siguientes temporadas, fueran obligados a pagar
regalías cada temporada. Sin embargo, los demandantes sostuvieron que la
legislación brasileña les permite guardar semillas.
La ley otorga a los productores el derecho a multiplicar las semillas
que compran y en ninguna parte del mundo existe la obligación de pagar
(otra vez) … y se le paga a Monsanto cuando se le compra.
En 2008 Chemical Research in Toxicology publicó un estudio realizado
por Gilles-Eric Seralini, un especialista francés en biología molecular y
profesor de la Universidad de Caen, que indicaba que el Roundup es letal para las células humanas.
Según sus investigaciones, dosis muy por debajo de los que se utilizan
en los cultivos de soja provocan la muerte celular en pocas horas.
En Investigación Química de 2010 en Toxicología, publicado una
revista de estudio por el argentino embriólogo Andrés Carrasco,
destacado investigador en el Consejo Nacional de Investigación
Científica y Técnica y director del laboratorio de embriología molecular
de la Universidad de Buenos Aires, donde se determinó que el
glifosato, Roundup ingrediente activo, es extremadamente tóxico para los
embriones de anfibios en dosis mucho más bajas que las utilizadas en
las fumigaciones agrícolas.
Vía: DiarioDigatalElComahue
No hay comentarios:
Publicar un comentario