El día 16 de abril se reunieron en Bogotá los ministros de defensa de
Colombia, Juan Carlos Pinzón y de Israel, Ehud Barak para “elevar su
relación a un nivel estratégico para enfrentar al terrorismo y el crimen
transnacional”, analizar la posibilidad de que Colombia adquiera
“drones” (aviones no tripulados) de fabricación israelí, que ambos
países compartan información de inteligencia y dar seguimiento a la
presencia de asesores israelíes en misiones conjuntas de operaciones
especiales en la lucha contra la guerrilla.
Israel y Colombia han establecido estrechas relaciones diplomáticas
desde hace más de cincuenta años cuando abrieron embajadas en sus
respectivos países y desde entonces han desarrollado un proceso
expansivo de intercambios militares, económicos, comerciales y
culturales. Una muestra de ello es que desde el año 1982 un batallón de
soldados colombianos forma parte de la fuerza internacional que vigila
la región del Sinaí, después del Acuerdo de Paz entre Egipto e Israel.
Las relaciones entre ambos países cada vez se estrechan más e
incrementan en volumen y en áreas de actuación. El gobierno de Israel ha
ofrecido más de 100 becas a profesionales colombianos, expertos
israelíes colaboran estrechamente con universidades colombianas y
asesoran sectores agrícolas como el banano y la floricultura, además de
algunas áreas relacionadas con la educación y la sanidad. Así mismo es
importante la labor en cuanto a Seminarios, como el recientemente
celebrado en marzo en Barranquilla bajo el título de: “Israel,
Agricultura, Innovación y Tecnología”, o el realizado en Medellín, en
febrero, “Empresas de alto impacto: el caso de Israel y su relevancia
para Colombia”, impartido por asesores israelíes para empresarios y
miembros de las Universidades o la presentación de la Conferencia
Agrícola Internacional a celebrar en Israel del 15 al 17 de mayo de este
año.
Además la presencia de Israel en Colombia en el plano artístico es
muy grande, así como la programación cultural colombiana tiene muy
presente a artistas israelís. Muestra de ello fue la presencia del 23 al
26 de marzo de este año de la compañía israelí Inbal Pinto &
Avshalom Pollak Dance Company.
En cambio la presencia colombiana en Israel es menor y la encabezan
artistas como Shakira y Carlos Vives o el escultor Fernando Botero.
Ambos países están fortaleciendo sus relaciones de intercambio
comercial: Israel exporta productos agroindustriales, químicos y
componentes de comunicación y Colombia exporta carbón, materias primas,
productos agrícolas y telenovelas.
Colombia e Israel ya han finalizado el documento que contiene los
términos que regirán el proceso de negociación del Tratado de Libre
Comercio entre ambos países. La última reunión tuvo lugar entre el 19 y
el 23 de marzo y con ella se cerraron seis meses de negociación. Este
tratado se suma al que Israel ya tiene firmado con México (2000) y
Mercosur (2007).
En la entrevista entre Barak y Pinzón, este dijo: “Colombia desde
hace años tiene acceso a empresas de Israel para adquirir equipos de
tecnología y ello ha quedado reflejado en el aumento de la efectividad
en la lucha contra organizaciones terroristas”. Así mismo aludió a la
colaboración de la empresa “Israel Military Industries” que junto a la
colombiana Indumil fabrican en Colombia fusiles galil. Sin embargo el
Ministro Pinzón olvidó mencionar el gran apoyo de asesores israelís en
la lucha contra las FARC ni el despliegue de grandes empresas de
seguridad cuyos dueños son ciudadanos israelíes.
El aumento del gasto militar en Colombia supone un 15,2% y ocupa el
segundo puesto a nivel latinoamericano, después de Brasil (46,4%) y por
delante de Chile (10,2%) de un total de 12.468 millones de dólares en
2010. Esta cifra representó un 4,9 % de su PIB y ocurre en un país donde
el 46% de su población vive en condiciones de pobreza. Por su parte
Israel aumentó, en 2011, 190 millones su presupuesto de defensa,
alcanzando una cifra de 15.000 millones de dólares. Esta cantidad
consume un 7,3% de su Producto Nacional Bruto en un país donde un 23,6%
de su población vive bajo nivel de pobreza.
Esta “hermandad” entre Colombia e Israel no es sorprendente, ya que
ambos países tienen el honor de ser parte de la élite de aquellos que
más vulneran los Derechos Humanos en el mundo. Así, recientemente,
Colombia ha sido puesta en la “lista negra” de países que violan los
Derechos Humanos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH). Este organismo resalta la impunidad en el caso de los “falsos
positivos”, las reformas que buscan fortalecer el fuero militar y la
falta de avances significativos en la aplicación de la Ley de Justicia y
Paz al dictarse una única sentencia firme.
A estos hechos, otros organismos suman los homicidios contra
sindicalistas y miembros de organizaciones sociales y de derechos
humanos, la violencia sexual contra las mujeres como una práctica
sistemática y como estrategia habitual en el conflicto, el
desplazamiento de la población, la existencia de numerosos grupos
paramilitares, los ataques a las organizaciones y personas defensoras de
los derechos humanos, la existencia de fosas comunes, las torturas, la
existencia de alrededor de 9.500 presos políticos, las desapariciones o
la discriminación contra la población indígena y afro.
Por otra parte, diversos organismos de derechos humanos y solidaridad
como Amnistía Internacional, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU o
la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina, cuestionan la
situación de Derechos Humanos en Israel, “la única democracia de Oriente
Medio” y su nivel de impunidad. La medida tomada por el Consejo de
DD.HH de Naciones Unidas referida a investigar el impacto de las
colonias judías en Territorio Palestino Ocupado, llevó al gobierno
israelí a romper relaciones con dicho organismo en marzo de este año.
Muchos de los organismos de Derechos Humanos resaltan la situación de
Apartheid que vive la población palestina producto de la Ocupación:
crímenes de guerra, utilización de personas como “escudos humanos”,
bloqueo de ayuda médica, torturas, detenciones arbitrarias, alrededor de
6.000 presos políticos, destrucción de viviendas y terrenos agrícolas,
asentamientos de colonos, asesinatos selectivos, checkpoints, la
construcción del Muro (declarado ilegal por el Tribunal Internacional de
Justicia de la Haya), discriminación de la población árabe con
ciudadanía israelí, política de represión y terror sobre las mujeres y
los cerca 4,6 millones de refugiados que viven fundamentalmente en los
países vecinos.
Los dos ministros, el colombiano y el israelí, hablaron de compartir
experiencias mutuas y fortalecer su amistad en la lucha de lo que ellos
llaman organizaciones terroristas, que en el caso colombiano además de
las FARC y el ELN comprende a muchas organizaciones sociales y en el
palestino todas aquellas que se oponen al apartheid.
Es significativo como ambos países, gracias al gran apoyo militar de
EE.UU, ejercen el papel de gendarmes de la política exterior
norteamericana en sus respectivas áreas de influencia. Colombia recibió
en 2012, 37 millones de dólares de ayuda militar directa y 160 millones
de dólares para la lucha contra el “narcotráfico” e Israel recibió 364
millones de dólares de ayuda militar.
Las cifras nos hablan más que las palabras y esta “hermandad“ entre
ambos países está basada en su concepción de la política sistemática de
vulneración de los Derechos Humanos que pueden ejercer con impunidad
internacional gracias al apadrinamiento del gobierno norteamericano y al
silencio cómplice de la Unión Europea. Es de esperar que las luchas de
los pueblos colombiano y palestino, con la complicidad de la solidaridad
internacional, puedan revertir este “abrazo entre violadores” y la
lucha contra la impunidad y la injusticia impere en ambos países.
Luis Nieto Pereira / Revista Pueblos
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