La traducción de la palabra chemtrail sería una buena definición de este
fenómeno: estela química. Los chemtrails son supuestas sustancias
químicas que sueltan determinados aviones durante su vuelo, que poco a
poco van formando unas nubes literalmente tóxicas, pero ¿quién es el
responsable de tales actos, y qué fin persigue?
Empecemos por el principio;
¿Cómo diferenciar la estela de un avión normal, de uno que suelta productos químicos nocivos?
Lo primero que hay que hacer para convencerse de que este fenómeno es
cierto hace falta verlo con los propios ojos. Los aviones de toda la
vida, por así decirlo, dejan una estela de condensación compuesta
básicamente por queroseno y vapor de agua, que en pocos minutos ha
desaparecido completamente de la faz del cielo.
El rastro que dejan los chemtrails sin embargo puede durar horas,
mientras su apariencia se va transformando en una nube. Si alguna vez
logras divisar uno de estos aviones no te dejará indiferente, ya que
siempre trabajan en grupo, haciendo trayectorias en el cielo que acaban
por dibujar líneas paralelas y que se cruzan, recordando una grilla.
¿Desde cuándo sufrimos estas fumigaciones?
Se asegura que este fenómeno aparece a partir de los años 90, es decir,
que hace más de 20 años que nuestro terreno esta siendo contaminado por
los chemtrails.
¿Qué sustancias químicas expulsan los chemtrails?
Actualmente existe un gran movimiento de gente que conoce la existencia
de este fenómeno, gracias a pruebas que se han hecho sobre el terreno
afectado. En los lugares donde frecuentan los chemtrails se ha
demostrado que los niveles de metales pesados tales como el aluminio y
el bario se disparan de forma desorbitada.
¿Cuáles son las consecuencias de estas substancias en el medio ambiente y cómo repercuten en los seres vivos?
– En muchos casos, el agua que se encuentra cerca de los lugares
de fumigación contiene un nivel tan alto de estos metales que se vuelve
venenosa para aquel que se la bebe.
– Incluso se ha encontrado aluminio en el cuero cabelludo de gente
que vive en zonas de fumigación, y que se han ofrecido voluntariamente a
hacerse pruebas de toxicidad.
– Hay que destacar que desde la aparición de los chemtrails se han
descubierto nuevas enfermedades, y que el índice de alzehimer se ha
disparado de forma alarmante.
– Los árboles que se encuentran en estas zonas afectadas han sido
sometidos a pruebas que han determinado la existencia de aluminio y
bario en su corteza y en las hojas. El aluminio acaba por ser absorbido y
se aposenta en las raíces, dificultando así la buena salud del árbol.
Éste acaba secándose lentamente para finalmente morir.
– Los defensores de este fenómeno aseguran que el color del cielo
ha cambiado en los últimos años, tornándose de un azul más palido y
grisáceo.
¿Quién está detrás de todo esto y con qué fin se utiliza el chemtrail?
Los responsables de éste supuesto fenómeno no se conocen con seguridad.
Pero parece ser que sea quien sea el responsable de éste suceso esta
preparando a la sociedad con un confortable colchón de plumas para que
no se tenga que preocupar por ningún motivo. ¿Cómo?… justificando éstos
hechos que cada vez se hacen más evidentes con excusas que consciernen a
nuestra seguridad. Poniendo como excusa al calentamiento global.
Actualmente, la comunidad científica esta barajando la posibilidad de
usar productos químicos como el aluminio y dispersarlo en la atmósfera
con el fin de crear una supuesta capa que atenue los efectos del
calentamineto climático. ¿Sería este un motivo justificante para llevar a
cabo las fumigaciones de los chemtrails? Cualquier persona en su sano
juicio, si escuchara esta disparatada idea, no se creería ni la mitad.
Seguramente se acabaría preocupando por los efectos nocivos que causaría
el aluminio al dipositarse sobre el suelo… a la intoxicación que eso
podría suponer.
Pero señores, esto lo ha dicho un científico, que en la era actual es
comparable a un Dios. ¿Cómo cuestionar sus científicas propuestas?
Pero esto ya se ha hecho antes… ha pasado con las centrales nucleares.
Hemos creado un sistema de generación de electricidad que de fallar (de
hecho ya ha fallado más de una vez) podría poner nuestra salud y la de
nuestro entorno en grave peligro. Podría causar tal catástrofe, que ni
los científicos podrían salvarnos. Pero ahí están.
Hay otra teoría que postula una salida al mercado de un producto que sea
inmune a la nocividad del aluminio. Unas semillas que estarían
modificadas geneticamente para que pudieran crecer aún con el aluminio y
el bario de por medio. Esta teoría dice que como todo el suelo y el
agua estarían contaminados, este producto se haría imprescindible para
la supervivencia.
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