Connecticut se ha convertido a partir de este miércoles en el decimoséptimo estado de EEUU en abolir la pena de muerte.
“Esta tarde acabo de firmar la ley que reemplaza, con carácter inmediato, la pena de muerte por la cadena perpetua sin posibilidad de salir en libertad condicional como el mayor castigo legal en Connecticut”, afirmó Malloy tras rubricar la norma.
Durante un acto celebrado en Hartford, la capital del estado, el gobernador destacó que éste es un momento “histórico”, pero subrayó que ahora corresponde una reflexión “sobria” sobre la pena capital más que celebrar su abolición. Según reconoció, la pena de muerte un asunto que sigue dividiendo y “que no conoce fronteras” políticas, ni de género, raza o religión.
El gobernador de Connecticut recordó que siendo joven era partidario de la pena de muerte, una posición que fue cambiando con los años cuando se dio cuenta, siendo fiscal, de que el sistema de justicia está “lleno de imperfecciones”. “Aunque es un buen sistema diseñado con los mayores ideales de nuestra sociedad democrática en la mente, está sujeto a la falibilidad de quienes participan en él, como en cualquier experiencia humana”, añadió.
En los últimos 52 años sólo dos personas han sido ajusticiadas en el estado de Connecticut, “y ambos lo pidieron voluntariamente”, según Malloy, quien lamentó que el dinero de los contribuyentes se ha seguido destinando para pagar “apelación tras apelación”.
17º estado abolicionista
El pasado 13 de abril la Cámara de Representantes de Connecticut aprobó en una histórica votación y después de varios intentos fallidos por la oposición de una parte importante de la población, la abolición de la pena capital.Desde 1976 los jurados de Connecticut han dictado 15 sentencias de muerte, de las cuales sólo una se ha aplicado, la de Michael Ross, condenado por varios homicidios y quien fue ajusticiado mediante inyecciones letales en 2005 después de renunciar a apelar.
En Estados Unidos la pena de muerte es legal en todo el país para delitos federales y militares, y se aplica tanto en el ámbito estatal como el federal, aunque ya son 17, con Connecticut, los estados que se han convertido en abolicionistas.
Desde que se restableció la pena de muerte en Estados Unidos en 1976 han sido ejecutadas más de 1.280 personas en los 34 estados donde se aplica esa condena.
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