viernes, 20 de abril de 2012

La esencia oculta de la realidad que conocemos.


Existen tres abadías de Thelema relacionadas con los asuntos tratados en La verdadera historia de las sociedades secretas.

La primera es la que aparece en la obra Gargantúa, de François Rabelais.
La segunda, la que creó Francis Dashwood en Inglaterra.
La tercera, la de Aleister Crowley en la isla de Cefalú.

1. Abadía de Thelema (Théleme), de Rabelais
En su obra Gargantúa, Rabelais dice que Gargantúa construyó una abadía para su amigo el monje. El monje le pide que no sea una abadía como las demás, pues bastante dificultad tendría él para gobernar a los monjes si no sabe siquiera gobernarse a sí mismo.
La petición agradó a Gargantúa, quien le ofreció todas sus tierras de Télema, a orillas del Loira y a dos leguas del gran bosque de Port-Huault.
La abadía de Thelema se regirá justo al contrario que todas las demás: no tendrá muros, ni relojes, en ella ingresarán hermosas novicias, y también muchachos hermosos; cualquiera podrá entrar o salir de la reclusión cuando le apetezca y hombres y mujeres convivirán.

De las hermosas páginas dedicadas a la abadía inversa de Thelema, selecciono la parte que inspiró Francis Dashwood y Aleister Crowley.
Toda su vida [la de los telemitas] estaba gobernada, no por leyes, estatutos o reglas, sino según su voluntad y libre albedrío. Se levantaban del lecho cuando les parecía bien, bebían, comían, trabajaban, dormían cuando les venía en gana. Nadie los despertaba, nadie los obligaba ni a beber, ni a comer, ni a hacer cualquier otra cosa. Así lo había establecido Gargantúa. En su regla no existía más que esta cláusula: HAZ LO QUE QUIERAS
No es demasiado aventurado suponer que Rabelais leyera los escritos mágicos del Corpus Hermeticum traducidos por Marsilo Ficino, o bien la Tabla Esmeraldina, en la que aparece la palabra Thelema (voluntad).

Algunos estudiosos de Rabelais, como Alicia Yllera, consideran que Rabelais tomó el nombre de un libro que se sabe llegó a leer, el misterioso Sueño de Polifilo, atribuido a Francesco Colonna, pero también a Luis Bautista Alberti. En esa obra, Thelemia es una de las ninfas que guía a Polifilo en su extraño viaje.

septiembre 16, 2009
(mencionada en La verdadera historia de las sociedades secretas, 11,176, 282s, 311, 341-343)
La abadía de Aleister Crowley en la isla de Cefalú se llamaba Thelema (342).
Probablemente se inspiró en la abadía de Thelema que aparece en el Gargantúa de Rabelais (283) y es seguro que  Crowley también conocía la abadía de Thelema de Francis Dashwood, y quizá la sociedad secreta de los Caballeros del Júbilo, de John Toland (282s), que también imitaban a Rabelais.
Sin embargo Crowley aseguraba que su filosofía de Thelema (“Haz lo que quieras y eso se convertirá en ley”) le fue inspirada por algún espíritu durante un viaje a El Cairo.
Curiosamente, la palabra aparece en la Tabla Esmeraldina (ver), un misterioso escrito que suele asociarse al Corpus Hermeticum traducido por Marsilo Ficino para Cosme de Medicis, pero que es, sin duda, anterior a la Tabla.
En las páginas 342 y 343, se intenta desentrañar la rocambolesca historia de Thelema, y se menciona también su relación con Agustín de Hipona.
(Ver también: Thelema, abadía de)
septiembre 16, 2009

(mencionada en la página 342 de La verdadera historia de las sociedades secretas)
Escrito atribuido a Hermes Trimegisto.
Aunque la Tabla Esmeraldina no es uno de los escritos del Corpus Hermeticum, sin embargo, desde que Marsilo Ficino tradujo aquellos extraños textos, ha estado asociada a ellos.

A continuación, el texto de la Tabla Esmeraldina:
Es real, sin mentira, cierto y muy verdadero.
Lo que que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo, para hacer los milagros de una sola cosa.

Y así como todas las cosas han salido de una cosa por el pensamiento de uno, así mismo todas las cosas han nacido de esta cosa por adaptación.
Su padre es el Sol, su madre es la Luna, el viento lo ha llevado en su vientre; la tierra es su nodriza. Ahí está el padre de todo el Thelema del Universo.
Su potencia sobre la tierra no tiene límites.
Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo espeso, suavemente, con gran industria. El que sube la tierra al cielo y en seguida vuelve a bajar sobre la tierra, y recoge la fuerza de las cosas superiores e inferiores. Así tendrás toda la gloria del mundo, por eso toda la oscuridad se alejará de tí.
Es la fuerza fuerte de toda fuerza, porque vencerá toda cosa sutil y penetrará toda cosa sólida. Así es como fué creado el mundo. He ahí la fuente de admirables adaptaciones, aquí indicada. Por eso he sido llamado Hermes Trismegisto, que posee las tres partes de la Filosofía Universal. Lo que he dicho de la operación del sol, es completo.
Thelema (ver Telema) ha sido traducido como “Voluntad”.

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