China invierte 747 millones de euros en mejorar la eficiencia de sus coches eléctricos e híbridos.

El gigante asiático es consciente del grave problema que amenaza su explosivo crecimiento económico, una tremenda dependencia energética fruto de un aumento del parque móvil a un ritmo desaforado, a lo que debemos sumar una contaminación ambiental que se está  convirtiendo en un problema crónico.

Para ello las autoridades de la república comunista destinarán un total de 747 millones de euros para incentivar la compra de vehículos más eficientes, y sobre todo, en la búsqueda de reducir los elevados precios de los vehículos eléctricos e híbridos, que cada día ganan más terreno.

En el nuevo plan de ayudas, un particular puede acceder a una ayuda de hasta 7.400 euros, unido a una exención de impuestos para los eléctricos, una importante rebaja que se enmarca en un ambicioso proyecto destinado a poner en las carreteras chinas al menos 5 millones de coches híbridos y eléctricos antes del 2020.

  A nivel privado, los coches eléctricos son una barrera infranqueable para la mayor parte de los compradores por su elevado precio, pero son unos vehículos que han entrado con fuerza en sectores industriales, especialmente el de los taxis, que cuentan con una importante variedad de fabricantes que han encontrado en este sector un campo de pruebas perfecto donde conocer de primera mano el nivel de desarrollo de su tecnología.

Empresas como BYD han llevado a cabo importantes test con su modelo E6, que ha estado durante más de un año funcionando en la ciudad de Shenzhen y donde una flota de 50 unidades ha recorrido un total de 2.768.000 kilómetros, sin ningún incidente reseñable.


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