Los jóvenes eligen sabiamente la salud sobre el chantaje universitario. El resultado de esta toma de consciencia y revolución contra la mafia farmacéutica se traduce en cientos de clases canceladas, y 10.000 estudiantes que abandonan el Austin Community College.
 La tendencia se extiende a lo largo y ancho de Estados Unidos, mientras
 más y más personas rechazan las vacunas de ingeniería genética (gripe, 
VPH, MMR, entre otras), que son promovidas por la FDA, el CDC, el 
Gobierno de EE.UU. y la corrupta Organización Mundial de la Salud.
Los
 funcionarios públicos sobornados por los laboratorios se muestran 
desesperados y alzan la voz de alarma mientras un profesor de Austin 
Community College, divulga que los números de inscripción universitaria 
están colapsando debido a que los estudiantes se niegan a cumplir con el calendario obligatorio de vacunas necesario para tomar clases.
 El administrador de ACC, dijo que unos 10.000 estudiantes se negaron 
rotundamente a inscribirse por su conocimiento sobre los terribles 
efectos secundarios que producen las inoculaciones.
Este es otro ejemplo de cómo los banqueros de Bilderberg
 utilizan la codicia de la industria farmacéutica, en su afán de por 
sacar provecho de un número cada vez mayor de vacunas impuestas a los 
niños y jóvenes, para en realidad, inducir a la destrucción de la 
economía y el progreso. Bilderberg funciona mediante el sistema de prueba y error, un informe del año 2009 publicado por el Washington Post,
 ya había encontrado que los estudiantes universitarios se marcharon de 
muchos establecimientos educativos por huir de la vacuna contra la falsa
 pandemia de H1N1, ya que consideraron que la amenaza del virus era "una
 sensación inventada por los medios de comunicación".
En otras 
palabras, Bilderberg no solo utiliza a la industria farmacéutica para 
reducir la población en países del tercer mundo, sino también para 
destruir el futuro y la evolución en países del primer mundo.
¿Cual es la solución? 
Evitar
 la programación para un comportamiento aberrante estudiando en casa. 
Los libros y la información están disponibles. El lavado de cerebros de 
los colegios o universidades no es necesario, ni tampoco la mutación 
social a la que son sometidos los alumnos cuando se mezclan con 
drogadictos, matones (provenientes de familias conflictivas), o incluso 
criminales, y en un ámbito que los niños no eligen. 
¿No lloran todos los niños el primer día de colegio? Deberíamos aprender más de nuestros pequeños y su sabiduría inocente.
Fabiana Geraldi
En Twitter: @FabianaGeraldi
BWN Argentina

 
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