En un comportamiento que algo tiene de 
irracional en medio de un asunto totalmente racional, el trato con el 
dinero, estudio encuentra que la apariencia confiable de una persona 
importa más que la reputación cuando de entregar nuestro dinero se 
trata.
Confiar el dinero propio a otras 
personas quizá sea una de las decisiones que más cuesta tomar, sobre 
todo en sociedades como la nuestra en las que tendemos a depositar tanto
 valores, reales y simbólicos.
Un estudio reciente llevado a cabo por 
investigadores de la Warwick Business School, la University College 
London y el Dartmouth College, encontraron que las personas toman la 
decisión de confiar su dinero en función del aspecto que facial que 
tiene la otra persona, incluso si esta tiene una mala reputación.
Para el experimento el equipo utilizó un
 software que generó 20 pares de rostros ubicados en los extremos de las
 facciones que, se sabe, inspiran confianza o desconfianza inmediata a 
quienes los ven. Aparte, se dio a los voluntarios que participaron en la
 prueba una cantidad de dinero con la consigna de invertirlo con la 
persona que les pareciera más confiable. En esta primera fase, 13 de 15 
participantes invirtieron más del promedio en los rostros fidedignos que
 aparecían en pantalla.
El segundo momento de la prueba 
consistió en dar a cada uno de los rostros una historia buena o mala, lo
 cual, sorprendentemente, no afectó la decisión de los inversionistas, 
antes bien, el promedio de inversión aumentó en un 6% entre los de 
facciones confiables.
De acuerdo con Chris Olivola, de la 
Universidad de Warwick, “la tentación de juzgar a los extraños por sus 
rostros es difícil de resistir”, lo cual demuestra la importancia que 
este factor tiene en las interacciones sociales y económicas que se 
cumplen a diario.
[Warwick]

 
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